LA DESNUTRICIÓN INFANTIL EN EL PERÚ Y LA OBSTINACIÓN GOBIERNISTA DE MANTENER EL PROGRAMA QALI WARMA, QUE LA ACENTÚA POR SU INEFICACIA U OMISIÓN DE GRUPOS VULNERABLES. PERCY ZAPATA MENDO.
LA DESNUTRICIÓN INFANTIL EN EL PERÚ Y LA
OBSTINACIÓN GOBIERNISTA DE MANTENER EL PROGRAMA QALI WARMA, QUE LA ACENTÚA POR
SU INEFICACIA U OMISIÓN DE GRUPOS VULNERABLES
En los últimos meses, los
peruanos hemos sido testigos de las intoxicaciones masivas y repetitivas de los
usuarios del programa Qali Warma, el cual, según el mandatario Ollanta Humala Tasso,
se constituyó en “la niña de sus ojos”. Sólo el orgullo desmedido o una
soberbia necedad pueden explicar la obstinación que muestra en mantener un
programa que a todas luces, ha fracasado de manera rotunda y ha generado más
mal, que bien.
La ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Mónica
Rubio, terminó ayer en la práctica dándole la razón a la ex primera dama Pilar
Nores.
El día de ayer, 06 de noviembre del 2013, la Ministra Rubio
explicó, que el gobierno creyó
conveniente desactivar el Programa Integrado de Nutrición Infantil (PIN). Este
–según cifras del Ministerio de Economía– proveía alimentos a 600 mil niños y
niñas menores de tres años, así como a las mujeres gestantes y lactantes de las
zonas más pobres del país. Se les entregaba papilla y una canasta de alimentos.
Adicionalmente, a través del Ministerio de Salud, se complementaba la alimentación
con multinutrientes.
“El Pronaa atendía a los niños de 0 a 3 años y el Qali
Warma no. [...] El objetivo de Qali Warma es proveer alimentación a los niños
en edad escolar […], este no es un programa que atiende el tema de desnutrición
crónica”, deslindó Rubio.
Al preguntársele a la ministra cómo ha atendido su
sector, en estos dos años de gobierno, la desnutrición crónica de los niños de
0 a 3 años, respondió que el ministerio ha realizado una serie de “evaluaciones
y estudios” que muestran que para este segmento de la población lo que mejor
funcionan son las intervenciones multisectoriales, que incluyen apoyar la
lactancia materna, mejorar el agua y desagüe, entre otros.
Ciertamente tenemos el problema cultural y de formación
académica, de la falta de planeación y particularmente, el de no poder
concentrarnos, quizá por indisciplina; ni asumir en el tiempo, la trazabilidad
necesaria para que en el largo plazo llevemos a buen término una idea, un
proyecto o una expectativa.
Parte de la tragedia, es que cada cinco años, los políticos
(gobernantes y legisladores) redescubren el hilo negro, reinventan el agua
tibia y se muestran asombrados con la invención de la rueda y su utilidad. Y la
desgracia no radica en su impericia para el manejo de los asuntos de interés
público, sino que al ignorar lo caminado por las Administraciones anteriores,
se corta de tajo programas y/o políticas públicas “exitosas” o que se
encuentran en la infancia de su desarrollo para que en el tiempo rindan los
frutos para los cuales fueran instrumentadas. Y precisamente, en políticas
públicas en materia alimentaria, es donde hoy detendremos para reflexión.
DESNUTRICIÓN… SUS
CONSECUENCIAS
Pensemos por un momento en esto: durante el primer año de
vida el niño(a) experimenta un extraordinario crecimiento, pasando aproximadamente
de los 3.4 kg de peso en el momento de nacer a los 10.2kg en tan sólo doce
meses. Es decir, en un año triplica su peso ¡Y luego el crecimiento continúa…!
Es por ello que la etapa fetal y los primeros 2 años de vida de un niño son
pilares determinantes para cimentar su desarrollo físico y mental.
En el Perú, la mayoría de los niños registran un buen
peso al nacer, sin embargo, durante sus primeros dos años de vida pueden caer
en desnutrición, debido a múltiples factores, tales como:
Ø No contar con dinero para
comprar alimentos
Ø Inadecuada distribución
de los alimentos en la familia
Ø Difícil acceso o escasos
servicios de salud
Ø Interrupción de la
lactancia materna (destete), a edades muy tempranas
Ø Introducción tardía e insuficiente
de alimentos complementarios a la leche materna
Ø Infecciones frecuentes: diarreicas
y/o respiratorias
Ø Higiene inadecuada en
alimentos
Un niño con desnutrición presenta:
v Una disminución de su
coeficiente intelectual
v Problemas de aprendizaje,
de retención y memoria
v Menor crecimiento y
desarrollo físico
v Propensión a contraer
enfermedades infecciosas en la infancia y enfermedades crónicas en la vida
adulta, así como en muchos casos la muerte.
El pasado 15 de abril de este año, fue presentado por el
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el informe “Mejorando la
nutrición infantil” según el cual en Latinoamérica y el Caribe, el porcentaje
de niños menores desnutridos de 5 años se redujo de 22% en 1990 a 12% en 2011,
además, destaca el caso peruano que con políticas intersectoriales y
consistentes desde la Iniciativa de la Desnutrición Infantil el 2006 y la
Estrategia Nacional para la Reducción de la Pobreza y Oportunidades Económicas
(CRECER) el 2007, de 30% entre 2004 y 2006, se redujo a 20% en 2011. En el
informe además se dejó constancia que por desnutrición crónica infantil hay más
de medio millón de niños peruanos menores de 5 años con retraso de crecimiento.
Dentro de los 9 países de Latinoamérica y
el Caribe involucrados en el informe, solo Colombia registra mayor
número de niños en esta condición (595,000), y después de Perú (566,000),
Venezuela (458,000), Bolivia (333,000), Nicaragua (149,000), El Salvador
(121,000), República Dominicana (103,000), Panamá (66,000) y Costa Rica
(20,000).
LA BASE,
ALIMENTACIÓN ADECUADA
Mientras usted lee el contenido de éste escrito, un
hidrato de carbono, la glucosa, está suministrando a su cerebro la energía que
necesita; las proteínas le permiten mantener sus músculos en tensión. Una
deficiencia de energía y proteínas puede tener efectos adversos permanentes
sobre el crecimiento y desarrollo físico e intelectual en general. La vitamina
A mejora la resistencia del organismo a infecciones y ayuda a prevenir
enfermedades como las gastrointestinales y respiratorias “una de cada 4 muertes
en niños desnutridos se asocia con deficiencia de vitamina A (Beaton, 1993)” y
el hierro está transportando a sus células el oxígeno que les es indispensable
“la deficiencia de hierro deteriora el desarrollo cerebral y la capacidad de
trabajo (Pollit, 1993); además de que se puede ocasionar anemia”.
Para que el organismo pueda lograr estas funciones se
requiere una alimentación adecuada, que es aquella que contiene la energía y
nutrimentos que se necesitan de acuerdo a la edad, actividad física, trabajo,
sexo y estado de salud. Permitiendo así segundo a segundo que todo funcione
como es debido.
Es por ello que las complicaciones que sufre un niño
cuando es alimentado deficientemente no sólo tienen efecto en su peso y
estatura, sino que una dieta inadecuada tiene consecuencias negativas en los
niveles de proteínas, vitaminas y minerales, lo cual conduce a la desnutrición,
padecimiento que en menores de cinco años continúa siendo un grave problema de
salud pública en nuestro país.
La desnutrición es una enfermedad potencialmente
reversible que se genera por el aporte insuficiente de energía y/o nutrimentos,
que es la forma de desnutrición más común en México y en el mundo, o por una
alteración en su utilización por las células del organismo.
Dependiendo de la pérdida de peso que presenta el
niño(a), la desnutrición puede ser:
Ø Leve, se presentan cambios de humor, se muestra llorón,
irritable, menos alegre, el peso no aumenta como es debido, se estanca o
comienza a disminuir.
Ø Moderada, se muestra una pérdida de peso más evidente, se enferma
frecuentemente, duran más tiempo sus padecimientos, empieza a perder apetito y
vivacidad. Desde el punto de vista funcional, se afectan sus capacidades tanto
intelectuales como de atención, sin olvidar la interacción con otros niños y
sus padres.
Ø Severa, pierde masa grasa y muscular considerablemente y se ve
deteriorado en su estado general. Si no se le atiende puede llegar a morir.
CONSECUENCIAS
En los países en vías de desarrollo, la desnutrición
infantil se encuentra entre las primeras 5 causas de mortalidad y se inserta en
un contexto de variables sociales, económicas y culturares que además de ser
muy desfavorables son, por sí mismas, factores de riesgo que alteran el desarrollo
infantil.
En el mundo hay cerca de 840 millones de personas imposibilitadas
para vivir una vida saludable y activa debido a la desnutrición; 109 millones
de ellas son infantes con insuficiencia alimentaria, 230 millones muestran
retraso de crecimiento y 50 millones padecen desnutrición extrema.
Para el Perú:
Según el INEI, el porcentaje de desnutrición crónica
infantil a nivel nacional es 19.5% al 2011 y 18.1% al 2012, sin embargo, estas
cifras globales no expresan la realidad de muchas regiones y zonas rurales
pobres con cifras altísimas, por ejemplo, 82% de niños ashánincas sufren
desnutrición crónica y en la región Loreto 33%; las regiones mineras lideran
las tasas: Huancavelica (52%), Cajamarca (36%), Apurímac (31%) y Ayacucho
(28%). También en el ámbito rural se registra 37%, más del triple del urbano
(10.1%), y en la Sierra global 35%. Inclusive en Lima metropolitana (6.8%) es
la misma tasa del 2005, donde además 111,000 niños menores de 3 años padecen de
anemia.
Otro grave problema asociado es el déficit calorífico en
hogares rurales con niños y adolescentes que se incrementó en 10% el 2012.
Según un estudio de octubre pasado de la ONG Oxfam –en base a información del
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables– más de 13 millones de
peruanos (47.5%) no logran cubrir sus requerimientos nutricionales suficientes
para tener una vida saludable. El poder destructivo de la desnutrición se hace
sentir no sólo en la muerte de muchos infantes, sino en millones de
sobrevivientes que padecen discapacidades físicas e intelectuales por el resto
de su vida.
A MANERA DE
CONCLUSIÓN
A la verdad de las cosas, muchas discusiones se podrían
desatar a raíz del tema. Pero lo que a mí en particular me interesa compartir,
es que la atención y planteamiento de soluciones a éste y otros muchos otros
problemas, es complejo, y que se traslapa con muchos otros; por lo que las
posibles soluciones no pueden ser medidas aisladas sino la suma esfuerzos y
voluntades.
Sirve de poco decir que algo está mal o que tan mal están
las cosas. Necesitamos, un proyecto de nación: urgente e incluyente (con
sentido social).
Países que como China e India han mantenido un alto
crecimiento económico (durante los últimos diez años). Han entendido que la
pobreza no desaparece con desarrollo social ni con desarrollo económico. Porque
un desarrollo socio-económico excluyente y sin un proyecto de nación cierto,
amplio e incluyente es “crecer” sin rumbo, sin sentido y sin conciencia social.
La pobreza puede tener un origen muy diverso, desde el
resultado de una guerra, hasta aquella causada por desastres naturales, pasando
por plagas y la sobreexplotación de la tierra.
Pero la pobreza no sólo es eso, también la vemos en la
desnutrición a través de los cerebro NO desarrollados de los niños(as)
… Si es que hay un futuro viable (deseable o probable)
para el Perú, ése, el futuro, está en nuestras manos y en el de nuestros
gobernantes que debieran de mantener un programa coherente y optimizado. ¿No lo
crees así?
REFERENCIAS
1.
G. H. Beaton, R.
Martorell, K. J. Aronson, B. Edmonston, G. McCabe, A. C. Ross, and B. Harvey. Effectiveness of
Vitamin A Supplementation in the Control of Young Child Morbidity and Mortality
in Developing Countries – Nutrition policy discussion paper No. 13. 1993.
2.
Ernesto Pollitt. A Reconceptualization of the Effects of Undernutrition
on Children’s Biological, Psychosocial, and Behavioral Development. 1993.
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