COMBATE ENTRE UN OVNI Y UN PILOTO PERUANO
COMBATE ENTRE UN OVNI Y UN PILOTO PERUANO
El piloto peruano Oscar Santa María, es el único ser humano
que disparó contra un ovni, el 11 de Abril de 1980, cuando aún era un joven
teniente de 23 años. Este increíble combate duró 22 minutos durante los cuales
cientos de personas fueron testigos de la espectacular persecución a un ovni
que realizó Oscar Santa María en su avión Sukhoi SU-22M (Fitter J) sobre los
cielos del Departamento de Arequipa, al sur del Perú.
Santa María ha dado innumerables entrevistas y ha participado
en reconocidos programas de televisión como “Ufo Hunters” (Cazadores de Ovnis),
producido por el canal History Channel, que le dedicó un episodio. Sin embargo,
no existe un análisis detallado de su relato y de los motivos que convierten su
experiencia en algo invalorable.
Antes de seguir en detalle el relato de Santa María, es
necesario situar los hechos en su contexto histórico, para entender mejor la
magnitud del suceso.
Los Sukhoi Su-22
peruanos
Durante los años 70, la tensión política entre los gobiernos
de Perú y Chile, llevo a ambos países a una carrera armamentista sin
precedentes que alteró el equilibrio militar estratégico en los países de la
región.
Durante ese periodo, alrededor del año 1977, el Perú compró
52 aviones cazas bombarderos supersónicos Sukhoi SU-22, que eran entonces junto
a otros aviones, el orgullo de la industria aeronáutica soviética por su
avanzada tecnología y diseño que le permitía realizar complicadas maniobras
aéreas.
Los SU-22 que adquirió el Perú estaban diseñados para volar a
una altura máxima de 18,000 metros y tenían dos cañones de 30 mm, uno a cada
lado de la nave, cargados con 80 obuses. Además, los SU-22 peruanos llevaban
misiles aire-aire AA-2-2 “Advanced Atoll” y AA-8 “Aphid”.
En un inicio, la mayoría de estos SU-22 fueron enviados a la
base aérea peruana de La Joya, estratégicamente situada en el departamento de
Arequipa a 1,000 kilómetros al sur de Lima, no lejos de la frontera con Chile.
Debido a la tensión existente entre Perú y Chile, esta flota
aérea tenía como misión principal servir de sistema de respuesta rápida y de
escudo protector antiaéreo en caso de violación del espacio aéreo peruano por
parte del vecino país del sur.
Es importante aclarar que los caza bombarderos supersónicos
Sukhoi SU-22 eran aviones de alta tecnología considerados entre los más
efectivos de su generación.
El Teniente Santa María
La Fuerza Aérea del Perú (FAP) se caracteriza por la estricta
y profesional formación de sus pilotos, que eran considerados en esa época,
como los más capacitados de Sudamérica.
El Teniente Santa María formaba parte de esa élite y había
seguido con excelencia la formación de piloto de guerra que impartía la FAP.
Tal era su destreza que con solo 19 años ya participaba en
ejercicios de combate aéreo. A los 21 años, en 1978, fue seleccionado para
probar las nuevas naves Sukhoi SU-22 adquiridas por el gobierno peruano. A
pesar de solo tener 23 años, cuando Oscar Santa María se enfrentó en combate
aéreo con un ovni, ya contaba con más de ochos años de experiencia como piloto
y varios trofeos aéreos en su haber. Es más, era considerado por sus superiores
como uno de los mejores pilotos de combate de su generación.
Quizás, por eso fue el elegido para derribar el ovni que
volaba en el espacio aéreo resguardado por la Base Aérea de La Joya, en el sur
del Perú, la mañana del 11 de Abril de 1980.
Un encuentro
inclasificable
Lo que sucedió en el encuentro entre Santa María y el ovni de
la Joya es tan singular que escapa a las clasificaciones que los ufólogos han
creado para organizar los encuentros con ovnis y con sus tripulantes.
El renombrado ufólogo Allen J. Hynek, quien participó como
consultor en el proyecto Libro Azul, clasificó los encuentros con ovnis y sus
tripulantes en tres tipos: los encuentros cercanos del primer tipo (CE-1) se refieren
a los avistamientos de ovnis; los del segundo tipo (CE-2) son aquellos
encuentros en los que el ovni influye en elementos de su entorno alterando las
comunicaciones por radio, bloqueando la transmisión eléctrica o dejando
quemaduras en la tierra; y los del tercer tipo (CE-3) son los que incluyen un
avistamiento de los tripulantes del ovni.
Luego otros ufólogos agregaron dos tipos más de encuentros
cercanos: los del cuarto tipo que son aquellos casos en los que un ser humano
es secuestrado o abducido por los tripulantes de un ovni y los del quinto tipo
que son los casos en los que se desarrolla un proceso de comunicación entre un
ser humano y los tripulantes de un ovni.
El caso de Santa María es tan singular que no encaja en
ninguna de las clasificaciones anteriores. Santa María atacó a un ovni y los
humanos estamos tan ciegos pensando que los ovnis solo pueden venir a ayudarnos
que no hemos ni siquiera catalogado el tipo de contacto que debería ser el más
esperado: cuando un ser humano ataca a un ovni o a los tripulantes del mismo,
sea por iniciativa propia o como respuesta a un ataque del ovni.
El Ovni de La Joya
Este es el increíble relato del enfrentamiento entre el
temerario piloto de guerra peruano Oscar Santa María y un ovni. Probablemente
el mismo que minutos después de haber sentido el aliento de la muerte
susurrarle al oído, Santa María relató a sus compañeros de la Base Aérea de La
Joya en Arequipa.
El enfrentamiento entre ambas naves ha quedado registrado en
los anales de la historia como el único caso en el que un piloto de avión
disparó, en un épico enfrentamiento aéreo, contra un enemigo desconocido e
indescifrable: algo que comúnmente se denomina un ovni.
El 11 de Abril de 1980, a las 7:15 de la mañana, mientras
1,800 hombres se encontraban en formación en la Base Aérea de la Joya en
Arequipa al sur del Perú, Oscar Santa María fue advertido por uno de sus
superiores que un objeto volador no identificado con forma de globo estaba
suspendido en el aire sobre el tramo final de la pista de aterrizaje de la
base.
Acompañado de tres pilotos, Santa María salió del cuartel y
observó el ovni. El objeto estaba a cinco kilómetros de la base, suspendido a
una altitud de 600 metros sobre el extremo más alejado de la pista de
aterrizaje. El Comandante de la FAP Carlos Vásquez Zegarra le ordenó a Santa
María que subiera a su avión y derribara al ovni.
Según recuerda Santa María, el ovni no había respondido a los
intentos de comunicación de la base militar y siendo La Joya una de las pocas
bases en Sudamérica que tenía armamento soviético, los militares peruanos
sospecharon que el globo era un mecanismo de espionaje.
La teoría del globo fue rápidamente descartada por los
militares ya que el objeto no tenía las características de un globo
meteorológico y, en ese entonces, no existían globos de aire caliente de
pasajeros en el Perú. Era necesario atacar al objeto.
Como era habitual en la base, esa mañana los aviones estaban
armados y listos para despegar en cualquier momento así que Santa María se
dirigió su avión, la misión parecía fácil… Oscar Santa María ha relatado su
encuentro varias veces sin modificar los detalles. El relato más detallado del caso de La Joya
se encuentra en el libro de la investigadora Leslie Kean titulado “UFOs:
Generals, Pilots, and Governments Officials Go On The Record” (“Ovnis:
Generales, pilotos y oficiales gubernamentales declaran”). El mismo Santa María
escribió un capítulo para este libro titulado “Close Combat with an UFO”
(Combate contra un ovni). Este es el relato que utilizaremos como base de este
artículo.
“De inmediato fui hacia
mi jet, sin retirar los ojos de ese objeto en el cielo, revisando en mi mente
cada uno de los pasos de la misión. Como el objeto estaba en el perímetro de la
base y mi avión estaba armado con obuses de 30 mm, decidí atacar desde el
noroeste hacia el sureste. De esta manera, el Sol estaría a mi izquierda y así
evitaría impactar la base con mis armas. Después de despegar, hice un giro a la
derecha y alcance una altitud de 2,500 metros. Luego me posicioné para el
ataque. Apuntando hacia el globo, alcancé la distancia necesaria y lancé una
descarga de 64 obuses de 30 mm, que crearon una pared de fuego en forma de cono
que, normalmente, habría destruido
cualquier cosa en su camino. Algunos de los proyectiles se desviaron del
objetivo, cayendo a tierra, y otros impactaron en el objeto con precisión.
Pensé que el globo se abriría y que algunos gases saldrían de su interior pero
nada sucedió. Parecía como si las grandes balas hubiesen sido absorbidas por el
globo, que no estaba dañado. De pronto, el objeto empezó a ascender muy rápidamente
y se alejó de la base.”
A pesar de la increíble resistencia del extraño objeto que
hubiese atemorizado a cualquier piloto, Santa María no se detuvo a reflexionar
y continuó con coraje su misión. El piloto elevó la altitud de su avión para
poder perseguir al ovni que se elevaba rápidamente y activó los propulsores o
quemadores auxiliares informando a la torre de control de la base que iniciaría
procedimientos de combate. Santa María se dio cuenta de lo delicado de la
misión y le solicitó a los operadores de la torre que grabasen todas las
comunicaciones de radio.
La persecución empezó
El Sukhoi SU-22 volaba a 950 km por hora tratando de
acercarse al ovni sin éxito. A pesar de que Santa María aumentaba la velocidad
de su avión, el ovni mantenía una ventaja de 500 metros, que es una distancia a
la que podría haber disparado pero el SU-22 no se encontraba en la mejor
posición para hacerlo.
“Mientras nos
alejábamos de la base, informé a la torre de control (de la base) datos como
‘estoy a 3,000 metros de altura y a 20 kilómetros de la base….estoy a 6,000
metros de altura y a 40 kilómetros de la base…’ y así. Para este momento ya me
encontraba sobre la ciudad de Camaná, que está a 84 kilómetros de la base,
volando a una altitud de 11,000 metros. Estaba en plena persecución del objeto,
cuando este se detuvo súbitamente y me obligó a virar al costado. Hice un giro
a la derecha y traté de posicionarme para disparar de nuevo. Una vez que obtuve
la posición deseada para disparar, que era aproximadamente a 1,000 metros del
objeto, me empecé a acercar hasta que lo tuve perfectamente en la mira. Aseguré
las armas en el objetivo y estaba listo para disparar.”
Si la manera como el ovni se había detenido súbitamente era
algo inexplicable para el piloto peruano ya que no existen aviones que puedan
realizar esa maniobra, lo que sucedería segundos después fue aún más extraño.
Antes de que Santa María pudiese disparar, el ovni que se había detenido
súbitamente y permanecía suspendido en el aire, se empezó a elevar rápidamente
de manera vertical, perpendicularmente a la superficie, logrando evadir el
ataque. El ovni se elevó y logró salir del rango de 700 metros de distancia que
el caza bombardero SU-22 de Santa María necesitaba para atacar.
“El objeto hizo otro
ascenso rápido, evadiendo el ataque. Quedé debajo del objeto, el objeto había
quebrado el ataque. Intenté la misma maniobra de ataque dos veces más. Cada
vez, tenía al objeto en la mira cuando este permanecía estático. Y cada vez
(que intentaba atacar), el objeto escapaba ascendiendo verticalmente segundos
antes de que yo empezara a disparar. El objeto eludió mi ataque tres veces,
cada vez en el último instante.”
Imaginemos, por un instante, la reacción de cualquier piloto
frente a semejantes maniobras. Era obvio que lo que Santa María estaba
enfrentando no era fruto de la tecnología humana y lo más probable era que no
tuviera ninguna posibilidad de derribarlo. Por el contrario, todo apuntaba a
que si el piloto peruano seguía en el combate, él sería quien terminaría
derrotado. Sin embargo, las siguientes declaraciones muestran que el temple, el
coraje y el sentido del deber de Santa María, pudieron más que la razón.
“Entonces se convirtió
en algo personal. Tenía que derribarlo. Pero no podía porque siempre ascendía.
Estaba comprometido con esta misión y sentía que debía salir exitoso. Esto era
todo lo que importaba y me sentía confiado sabiendo que tenía un avión
extraordinario. Eventualmente, como resultado de una serie de rápidos
movimientos ascendentes, el objeto terminó a una altitud de 14,000 metros. ¡Tenía
que pensar que hacer! Decidí hacer un ascenso audaz con mi avión para ponerme
por encima del objeto y así descender sobre él verticalmente e iniciar un
ataque desde arriba. De esta manera, si el objeto decidía ascender, como había
hecho en los tres intentos previos, no saldría de mi rango de tiro y sería más
fácil dispararle. No estaba preocupado de estrellarme con el objeto debido a la
agilidad y la capacidad de maniobra de mi avión.”
Entonces, Santa María aceleró a velocidad supersónica, 1,850
km por hora, para poder elevarse por encima de los 14, 000 metros de altura a
los que se encontraba el ovni. Mientras ascendía, Santa María iba calculando la
distancia hasta que se dio cuenta que había rebasado al ovni, que ahora se
encontraba debajo del Sukhoi. Su plan parecía haber funcionado. El piloto
peruano solo tenía que girar y lanzarse en rápido descenso disparando hacia el
ovni. Pero, una vez más, sucedió algo inesperado.
“Para mi sorpresa, ¡el
objeto ascendió de nuevo a una alta velocidad y se colocó junto a mí en
formación paralela! Esto me dejo sin posibilidad alguna de ataque.”
Santa María no se rindió y poniendo en riesgo su vida siguió
ascendiendo con la intención de ponerse encima del ovni. Elevó su avión hasta
una altitud de 19,200 metros, mil metros más del límite máximo establecido para
los SU-22. A esta altitud, el ovni se volvió a detener y quedó suspendido en el
aire. Santa María ajustó el ángulo de las alas de su avión pensando que podría
maniobrar a esta altitud para poder ponerse a distancia de tiro pero no lo
logró.
A 19,200 metros de altura, el Sukhoi SU-22 no podía maniobrar
con la misma facilidad que el ovni.
Mientras Santa María decidía su próxima acción, las luces que
advierten del nivel bajo de combustible se encendieron. Santa María decidió
regresar a la base. Como no podía atacar, se acercó al objeto para poder
observarlo con detenimiento.
Los SU-22 no tienen radar incorporado pero si tienen una
pantalla de combate que a través de un sistema de rayos laser calcula la
distancia entre el armamento del caza bombardero y su objetivo. Santa María
utilizó esta pantalla para medir la dimensión del ovni.
“Me acerqué todo lo que
pude, hasta unos 100 metros. Estaba sorprendido al ver que el ‘globo’ no era
ningún globo. Era un objeto que medía 10 metros de diámetro y arriba tenía un
domo resplandeciente de color crema, similar a un foco de luz cortado por la
mitad. La parte de abajo era una amplia base circular, de color plateado, y
parecía de metal. Carecía de los componentes típicos de un avión. No tenía
alas, ni turbinas de propulsión, ni tubo de escape, ni ventanas, ni antenas y
demás. No tenía un sistema de propulsión visible. En ese momento, me di cuenta
que no era un aparato de espionaje sino un OVNI, algo totalmente desconocido.
Casi no tenía combustible, así que no podía atacar o maniobrar mi avión o hacer
un escape de alta velocidad. De pronto, me asusté, pensé que sería mi final.
Después de recuperarme del impacto de lo que había visto, empecé mi regreso a
la base y expliqué a la torre de control exactamente lo que había sucedido.”
Santa María tuvo que planear con el SU-22 durante su descenso
para que el poco combustible que quedaba le permitiese llegar hasta la pista de
aterrizaje de La Joya.
La persecución había llevado al piloto peruano hasta una
distancia de 90 kilómetros al sur de la Base Aérea de La Joya y lo había traído
de regreso. Cuando Santa María decidió abandonar la persecución, el ovni se
encontraba, de nuevo, cerca de la Base de la Joya.
El increíble enfrentamiento había durado 22 minutos durante
los cuales todo el personal de la Base Aérea de La Joya había presenciado
sorprendido el evento. Algunos oficiales presentes aquel día en la base, como
el Comandante Julio Chamorro, han confirmado varias veces el incidente. Un
detalle que Santa María no ha explicado en ninguna entrevista es ¿por qué no
activó los misiles especiales que llevaban su avión y por qué solo atacó al
ovni con los cañones de 30 mm?
El único piloto que
logró disparar contra un ovni
Existen otros dos casos comprobados en los que un piloto de
otro país casi llega a dispararle a un ovni.
El Teniente de la Fuerza Aérea Norteamericana Milton Torres,
basado en Inglaterra, fue enviado el 20 de Mayo de 1957 en una misión especial.
Sus superiores le ordenaron interceptar y derribar un ovni de gran tamaño que
había sido detectado por radar en los cielos de Anglia del Este en el Reino
Unido.
Milton Torres se acercó al ovni y preparó sus armas, pero
antes de que pudiera disparar el ovni se alejó rápidamente.
El otro caso es el del piloto iraní Parviz Jafari. En 1976,
un ovni fue detectado, visualmente y en radares, sobre el cielo de Teherán. El
piloto iraní despegó en su avión F4D para interceptar al ovni pero no pudo
disparar porque aunque se encontró a rango de disparo el sistema de armas del
avión falló.
En el caso iraní, el avión tenía sistemas de armas digitales
que fallaron al acercarse al ovni. En el caso Torres, las armas eran mecánicas
pero el ovni logró evadir al piloto norteamericano.
En el caso peruano, la pericia de Santa María hizo que
pudiera dispararle al ovni y los sistemas de armas de su SU-22 no fallaron
porque eran mecánicos.
Un encuentro que llegó a
la CIA
Esa mañana de Abril de 1980, luego de aterrizar, Santa María
pudo escuchar las diferentes versiones del incidente que circulaban en la Base
Aérea de la Joya.
“Debido a la amenaza
establecida por este ‘globo’, nuestra base había activado sus sistemas de
defensa y todos los sistemas estaban en alerta. Todos entregaron informes. Nos
informaron que el objeto nunca fue registrado en el radar, incluso cuando los
operadores de radar podían verlo en el cielo, como la gente que lo vio antes
cuando el objeto permaneció suspendido. Ellos también lo describieron como
redondo y metálico. Nos dijeron que lo que había sucedido en esta reunión debía
permanecer entre nosotros y no deberíamos divulgarlo en ningún momento.”
Los superiores de la Base de la Joya escucharon el relato de
Santa María, hicieron algunos análisis de naves de espionaje conocidas y
clasificaron al supuesto globo como un objeto volador no identificado.
Santa María recuerda que luego de su enfrentamiento, el ovni
permaneció por más de dos horas en el mismo lugar dónde lo había dejado cuando
abandonó la persecución, aún visible a simple vista desde la base.
En los años que siguieron los años posteriores, Santa María
no volvió a hablar del caso.
Décadas después, alrededor del año 2002, la OIFAA (Oficina de
Investigación de Fenómenos Aero Anómalos de la Fuerza Aérea del Perú), dirigida
en ese entonces por el Comandante Julio Chamorro, amigo personal de Santa María
y testigo del incidente, empezó a investigar el caso del ovni de la Joya. Esto
fue lo que eventualmente hizo que la FAP autorizase a Santa María a hablar
públicamente del caso.
En noviembre del 2007, la periodista norteamericana Leslie
Kean tuvo conocimiento de la increíble experiencia del piloto peruano y decidió
invitarlo a participar en un evento internacional en el que pilotos de
diferentes países relataron sus experiencias con ovnis o seres de otros
planetas. El 12 de Noviembre del 2007 Santa María fue parte de un panel de 14
invitados conformado por generales, científicos, pilotos y militares de siete
países que habían tenido experiencias con ovnis. El piloto peruano relató su
encuentro ante el público concitado en la sede del National Press Club (Club
Nacional de Prensa) en Washington.
Leslie Kean informó también a Santa María que su caso había
concitado una atención especial por parte del gobierno norteamericano ya que
ella había encontrado un documento oficial informando del incidente de la Base
de La Joya (ver imagen de abajo).
Este documento no tiene información detallada sobre el
incidente pero muestra, como se puede apreciar en la imagen de abajo, que fue
enviado a la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana (NSA) y a la CIA.
En febrero del 2008, Santa María fue entrevistado para el
programa “Ufo Hunters” (Cazadores de ovnis) del conocido canal de televisión
History Channel. Luego de la difusión del programa en octubre del mismo año,
Santa María se convirtió, tardíamente, en una celebridad mundial y concedió
entrevistas a medios de prensa de todo el mundo.
Al parecer, para Santa María la fama no es tan importante
como comprobar que finalmente hay gente que le cree y que reconoce su valor.
La ciencia contra la
ciencia
Un objeto volador estuvo suspendido sobre la Base Aérea de La
Joya aquella mañana porque existen decenas de militares, sino cientos, que
atestiguaron el hecho, y existe un documento del gobierno norteamericano,
confirmando el mismo episodio.
Es decir, el objeto no era un fenómeno meteorológico o una
simple ilusión óptica. Estas opciones quedan descartadas. El objeto existía
físicamente y reaccionaba, de alguna manera, a las maniobras del piloto.
Un dato importante es que el radar de la Base de la Joya no
logró detectar al ovni. Según el relato de Santa María, el ovni no apareció en
el radar ni siquiera durante la persecución.
Entender los principios básicos del funcionamiento de los
radares nos puede ayudar a analizar mejor el incidente.
Los radares funcionan enviando señales intermitentes de radio
que rebotan en los objetos y regresan al radar permitiéndole así calcular la
distancia y elevación de los mismos. Algunos objetos se desplazan muy despacio
y son descartados por los radares y otros objetos no están hechos de materiales
refractivos. El material del objeto tiene que ser capaz de poder reflejar la
señal de radio de vuelta al radar para que este lo pueda detectar.
Los globos meteorológicos y los globos de aire caliente de
pasajeros, utilizados hasta el cansancio por los escépticos para explicar los
avistamientos ovni, no son siempre detectados por los radares ya que se
desplazan a velocidades muy lentas y no tienen superficies refractivas.
Los escépticos han tratado también de descartar el caso de
Santa María diciendo que se trataba de un globo meteorológico como se supone
sucedió en el caso Gorman de 1948. En este caso, el piloto George F. Gorman de
la Guardia Nacional de Dakota de USA persiguió, en su avión P51, a un ovni, de
manera similar a Oscar Santa María.
El proyecto de estudio del fenómeno ovni Blue Book (Libro
Azul) del gobierno norteamericano clasificó el caso Gorman como falso, ya que
según sus análisis Gorman habría perseguido a un globo meteorológico. En el
caso del ovni de La Joya esta hipótesis queda descartada puesto que el objeto
que persiguió Gorman era, según su descripción, una bola de luz de 15 a 20
centímetros de diámetro y el objeto que enfrentó Santa María tenía 10 metros de
diámetro.
Además, los investigadores del Proyecto Blue Book descubrieron
que en la torre de control más cercana al incidente nadie había visto las
maniobras que, según Gorman, realizó el objeto. Según el informe del Proyecto
Blue Book, estas supuestas maniobras no eran más que una ilusión óptica
provocada por los movimientos del avión de Gorman cerca al globo meteorológico.
En el caso de Santa María, existen cientos de testigos que
vieron al ovni y a las maniobras que este y el avión Sukhoi SU-22M realizaron
durante la persecución. En todo caso, tratando de seguir la teoría de los
escépticos, aunque la mayoría de globos meteorológicos tienen como máximo 6
metros de diámetro, existe un tipo especial de globo meteorológico coincide con
las dimensiones del ovni que observó Santa María puesto que tiene casi 12
metros de diámetro: El Transosonde.
Este globo meteorológico especial, desarrollado por la
Oficina de Investigación de la Naval norteamericana en los años cincuenta,
estaba lleno de helio, llevaba un mecanismo de control programable, equipo de
navegación y de radio, así como baterías eléctricas. Su desplazamiento y
altitud se controlaban por radio liberando gas para hacerlo descender y
liberando otros materiales para hacerlo ascender. Podía permanecer en el aire
por varios días y su objetivo principal era recoger datos meteorológicos de
diferentes altitudes durante largos periodos de tiempo.
¿Santa María se enfrentó a un globo meteorológico tipo
Transosonde? ¿El ovni de La Joya podría ser un globo Transosonde de 10 metros
de diámetro que se desplazó rápidamente gracias al aire que movía el caza
bombardero al acercarse?
Es muy extraño que un globo meteorológico del tamaño del
Transosonde haya podido desplazarse a casi 1,000 kilómetros por hora como lo
estaba haciendo el Sukhoi SU-22M de Santa María cuando persiguió al ovni por
los cielos del sur de Arequipa.
Más aún, el Transosonde suele permanecer a altitudes mayores
a los 40,000 metros. Cabe preguntarse ¿qué hacía el supuesto globo Transosonde
flotando a escasos 600 metros sobre la pista de aterrizaje de La Joya? Esta
hipótesis tiene también la experiencia de un experimentado piloto de combate
como contrapeso. Santa María sabía lo que era un globo meteorológico, grande o
pequeño, al igual que los militares de la base de La Joya.
No hay que olvidar que Santa María disparó 62 obuses y esto
habría destruido a cualquier globo meteorológico, incluso al gigante Transosonde.
La persecución aérea llevó a Santa María hasta los cielos de
Camaná, a 84 kilómetros de la base de La Joya, y lo trajo de regreso a las
inmediaciones de la base. Entonces, ¿cuáles son las probabilidades que durante
la persecución aérea el supuesto globo meteorológico se haya alejado de la base
para luego volver a las inmediaciones de la misma y permanecer en el mismo lugar
sin moverse por dos horas?
La hipótesis del globo meteorológico, como hemos visto, no es
sólida y deja varios detalles sin explicación.
Por otro lado, la hipótesis del globo de aire caliente de
pasajeros queda también descartada cuando tomamos en cuenta la velocidad a la
que se desplazaba el ovni, horizontal y verticalmente. No existe globo de aire
caliente alguno que se desplace a esa velocidad. Como bien dice Santa María, en
ese entonces en el Perú no existían globos de aire caliente de ese tamaño.
Podemos elucubrar que se trataba de un equipo de espionaje de
tecnología avanzada, pero ¿de qué país? El Perú le compraba armas a los rusos
así que estos no necesitaban espiar. Los norteamericanos tampoco podrían haber
estado detrás de este avanzado supuesto sistema de espionaje ya que ellos
mismos emitieron un documento oficial alertando del hecho a varias
organizaciones estatales como la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la CIA.
No se puede seguir especulando más. Las hipótesis racionales
no logran explicar lo ocurrido en el caso Santa María. Es imposible determinar
con certeza si se enfrentó a una nave extraterrestre o a una nave terrestre
construida con tecnología alienígena o, incluso, si se enfrentó a una nave
extra dimensional.
Podemos preguntarnos, con legitima razón, ¿por qué este
acontecimiento permaneció oculto al gran público o no tuvo la difusión que
merecía, por casi 20 años?
¿Acaso se pretendía ocultar un incidente que traería abajo
las afirmaciones oficiales de países como USA sobre la no existencia del
contacto con seres extraterrestres?
Desgraciadamente los científicos se han acostumbrado a
desconocer lo que no llegan a comprender y a negar lo que no pueden comprobar.
Ambas posiciones van en contra de una de las leyes básicas del conocimiento
científico que postula que no se debe negar algo que no se conoce.
Los Divulgadores creemos que la FAP debería hacer pública la
grabación de audio de la comunicación de radio entre Santa María y la torre de
control de la Base Aérea de La Joya pues esta podría aportar nuevas luces en la
investigación de este caso y podría sumarse a las otras evidencias que
confirman la autenticidad de este histórico episodio.
Por ahora, el único piloto en el mundo que se enfrentó a un
ovni sigue todavía en actividad como instructor de vuelo en una conocida línea
aérea y concede entrevistas a quienes se acuerdan de su increíble historia.
“Habrá quienes crean en
lo que digo, otros creerán que soy un charlatán. Pero qué ganaría con mentir,
jamás alguien me ha pagado por mi testimonio”, reflexiona ahora Santa María.
Los Divulgadores estamos seguros de que la vida le dará
pronto una revancha a Oscar Santa María cuando finalmente se hagan públicas las
pruebas que esconden los diferentes gobiernos y entidades del mundo sobre la
existencia de vida en otros planetas y el contacto entre la especie humana y
seres extraterrestres.
Entretanto, el único piloto que disparó contra un ovni es
parte de la historia y su gesto será recordado como una muestra de bravura,
coraje y disciplina de la que cualquier habitante de nuestro planeta se
sentiría orgulloso.
Aunque para él, su experiencia es solo una anécdota más.
“El primer hombre que
le disparó a los extraterrestres. Bonita historia para contarle a mis nietos,
¿no?”
Fuentes:
·
losdivulgadores.com
·
Prosa
de Juglar - UFO Digest
·
Leslie
Kean. (2011). Ufos: Generals, Pilots, and Governments
Officials Go On The Record.
·
Weatherwise, Vol 7, Issue 4.(1954).
·
Edward J. Ruppelt.(1956). The Report
on Unidentified Flying Objects.
·
Curtis Peeble. (1995). Watch the
Skies: A Chronicle of the Flying Saucer Myth. - Jerome Clark.(1998). The UFO
Encyclopedia: The Phenomenon from the Beginning.
·
Edward Condon.(1969). Final Report of
the Scientific Study of Unidentified Flying Objects.
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