LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA Y LA DERECHA
LOS
PARTIDOS DE IZQUIERDA Y LA DERECHA
La
derecha es conservadora en materia moral
y
la izquierda más abierta en lo moral,
pero
en economía es exactamente al revés
(Federico
Salazar, periodista)
Sabemos
(o hemos olvidado) desde nuestras épocas de estudios secundarios en la
asignatura de Historia Universal, que los términos derecha e izquierda tienen
su origen en la Revolución Francesa. Los diputados del pueblo, en 1791, (en
francés: Assemblée nationale constituante) se organizaron de manera espontánea
según su afinidad política: a la derecha los partidarios de la monarquía
absoluta, y a la izquierda, los de la monarquía constitucional.
¿No
es sorprendente que un acontecimiento local y remoto haya pasado a formar parte
del vocabulario universal? No hay una sola democracia que no se haya adherido a
esta distinción, y los votantes, en todos los países se clasifican de manera
espontánea según estas dos categorías. Por supuesto, las etiquetas partidistas
tienen su origen en la historia local, al igual que las estrategias
electorales: los términos «popular», «democrático», «unión nacional» e incluso
«socialista» van y vienen de izquierda a derecha.
Los
electores medianamente enterados de los programas de los candidatos (que son
una pequeña fracción en nuestro país) no se equivocan: votan por una política
de derecha o izquierda, aun cuando ellos mismos, en ocasiones, no se consideren
abiertamente de derechas o de izquierdas. En nuestro país, Perú, el publicista argentino-brasileño
Favre conoce muy bien el impacto que la publicidad y los medios de comunicación
afines pueden lograr en el votante, lo cual es facilitado por el casi nulo o
inexistente conocimiento del electorado y la renuencia de éste para contrastar
la factibilidad de los programas de los postulantes a un cargo; y para prueba
de ello, basta con recordar a dos episodios electorales nacionales en los que
intervino el mencionado publicista: trastocó la imagen de un radical, limitado
comunicador y acendrado admirador del dictador Velasco como lo era (y es)
Ollanta Humala, hasta convertirlo en un moderado izquierdista que espantó la
desconfianza inicial y lógica de los empresarios prometiéndoles trabajar codo a
codo con ellos y a la vez engolosinaba con sus discursos altisonantes y de “inclusión”
a los sectores sociales radicales…típica escopeta de dos cañones, pero que
gracias al gaucho-carioca, le permitió llevar al teniente coronel a la presidencia
de la república; para evitar la revocatoria de Susana Villarán, recurrió a
algunos actores izquierdistas hasta el tuétano pero que se valieran de su fama
y llegada a los sectores populares para influir en el electorado ya con casi
nulo razonar, las gigantografías proliferaron por toda Lima mostrando a los artistas
de la serie Al Fondo Hay Sitio con una postura de la momia de Tutankamon, con
los brazos entrecruzados sobre el pecho y el rostro adusto…y ello bastó para
salvar a doña Susana de la revocatoria y pudo terminar su periodo, aunque sus
regidores por los que nos e hizo campaña (para eso no había sido contratado
Favre), fueron casi borrados del cabildo limeño.
Existen
países como en el nuestro -España, Francia- en los que se ha demonizado intelectualmente
a la derecha, con adjetivándola como: “capitalista”, “anacrónica”, “insensible”,
“conservadora”, “cavernaria”, “retrógrada”, etc., etc. En tanto que las peores
aberraciones socios políticos y económicos cometidos por la izquierda son
siempre calladas, minimizadas o justificadas. Por el contrario, en Estados
Unidos ningún candidato que desee ser elegido se atrevería a declararse de
izquierdas.
Para
el periodista Federico Salazar, “Políticamente, en la derecha puedes encontrar
gente conservadora en temas de derechos civiles y en la izquierda, al revés.
Los conceptos se cruzan. La derecha es conservadora en materia moral y la
izquierda más abierta en lo moral, pero en economía es exactamente al revés”.
¿No
es asombroso que, en todo el mundo, las fuerzas de derechas y de izquierdas se
equilibren hasta el punto de que, en cualquier democracia, las elecciones se
decidan siempre por un ínfimo margen de diferencia? No hay ningún lugar donde
los llamados partidos de centro consigan acabar con la alternancia entre la
derecha y la izquierda; en la política, el centro no existe y, sin duda, no
responde a ningún sentimiento popular significativo.
¿A
qué se deberá este equilibrio repartido entre derecha e izquierda? ¿Será un
fenómeno sociológico, biológico? ¿Estas dos concepciones del mundo vienen
dictadas por la condición humana, como opinan los marxistas y sus clones, o por
la naturaleza humana, como observan los antropólogos?
Sinceramente,
nadie sería capaz de afirmar que la derecha sea el partido de los ricos, y la
izquierda, la expresión de los oprimidos; este determinismo no existe. Se nace
de derechas o de izquierdas, o se llega a ser de derechas o de izquierdas: la
naturaleza y la cultura están sin duda muy entremezcladas. Pero cada una
debería, en el terreno que sea, dar muestras de una enorme modestia, porque
cada una de ellas solo está en posesión de la mitad de la verdad. La derecha,
en este sentido, me parece más tolerante que la izquierda, que a menudo
pretende acaparar toda la verdad.
Puesto
que cada una posee solo media verdad, o media realidad, es vital que cada una
en su terreno defienda con entusiasmo su parte de verdad. Pero ¿cómo? La
izquierda, en este combate, se encuentra más cómoda porque esgrime grandes
eslóganes unificadores, como la justicia social, la igualdad, el progreso, etc.
Esta izquierda está también más capacitada para definir los objetivos que para
precisar y aplicar las medidas necesarias para hacer realidad sus nobles
aspiraciones.
La
derecha suele ser más hábil enunciando las medidas que logrando que se sueñe
con sus ideales. ¿Una izquierda idealista y una derecha pragmática? Esta
distinción refleja en parte la oposición entre derecha e izquierda, pero muy
superficialmente. Conviene profundizar más: la derecha se basa en una
determinada concepción del hombre en la sociedad y del hombre en la historia.
El
principio fundamental de la derecha es la responsabilidad personal: para que
haya justicia, y una buena sociedad, cada persona debe tener tanta libertad de
elección como sea posible. La derecha cree en la virtud de la responsabilidad
personal. La izquierda cree menos en ella, o nada en absoluto. Lo que la
derecha califica como virtud y responsabilidad la izquierda lo condena, al
considerarlo egoísmo y miopía histórica. La izquierda sustituye a la persona
por la colectividad y, como esta no existe en realidad, son el partido o el Estado
los que actúan en nombre del bien común.
Los
cargos electos de la izquierda empujan al pueblo hacia el progreso, o lo que
ella define como tal, mientras que la derecha acompaña al pueblo. Retomando la
famosa distinción que hacía el filósofo británico Friedrich Hayek, la izquierda
es el partido del orden decretado, y la derecha, el del orden espontáneo: esta
noción de espontaneidad es esencial para la derecha. Y como también subrayaba
Hayek, apenas hay espacio en el centro, ni un punto medio entre el error y la
verdad. Los partidos del centro solo pueden falsear la alternancia, embarullar
las opciones; al no proponer ni análisis ni solución, el centro perjudica el
buen funcionamiento de la democracia.
La
belleza de la democracia (nacida en Atenas según unos y en los monasterios
románicos según otros) radica en que permite la alternancia sin violencia;
sustituye la guerra civil por las elecciones; reconoce los derechos de las
minorías; admite que la mayoría ejerce en efecto el poder, pero no está en
posesión de la verdad.
Tal
vez, en la derecha se debería explicar y expresar todo esto de una forma más
clara. Pero no confundamos la función del filósofo con la del político, cuyo
deber consiste primero en ser elegido. Recordemos que el concepto del
filósofo-rey es una invención de Platón, quien también sería, según Karl Popper
(en «La sociedad abierta y sus enemigos»), el fundador del despotismo. Hoy,
Platón ocuparía un escaño a la izquierda de Aristóteles, el observador de lo
real, que se sentaría a la derecha.
Referencia:
José
Luis Rodríguez Zapatero, expresidente socialista de España / REUTERS
Peru21.pe/politica/federico-salazar-frases-sobre-lo-que-piensa-derecha-izquierda-peru-2219474
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